LA VENTA AMBULANTE

MERCADILLO 'EL CHARCO DE LA PAVA'

El mercadillo ‘El charco de la pava’ se celebra todos los sábados y domingos por la mañana en un gran descampado de la Isla de la Cartuja, Sevilla. Aunque desde hace unas semanas, por obras de mejora y adecuación de la zona, se ha trasladado al Puente del Alamillo.

En este lugar podemos encontrar todo tipo de productos: fruta, verdura, discos compactos, libros, ropa, telas, etcétera. Perso si hay algo que le gusta comprar a los que acuden al ‘Charco’ son los artículos antiguos y de segunda mano.

Excepto algunos inmigrantes, la mayor parte de los vendedores de este mercadillo son de etnia gitana. En Sevilla, el 33% de ellos se dedica a la venta ambulante reglada, frente al 21% que lo hace de manera ilegal.

Dolores Castaño lleva toda la vida dedicándose al ‘negocio’.

En el momento menos esperado aparece Javier Morillo, encargado de inspeccionar las licencias de los mercaderes. Los ilegales, normalmente los que se encuentran en el suelo, se apresuran en recoger y salir

corriendo. Los legales, en cambio, permanecen tranquilos en sus puestos e incluso entablan conversación, como es el caso Ibrahima.

Ibrahima, de origen senegalés, emigró a España en el año 1998 con tan sólo 22 años de edad. “Para vender en un mercadillo hace falta tener mucha cara y ser simpático. Los gitanos son buenos vendedores, pero se enfadan cuando no venden”, asegura. La mayor parte de los gitanos viven en la actualidad de la venta ambulante, desde muy pequeño se inician en esta práctica y raramente la rechazan. Sin embargo, esta

actividad laboral se ve dificultada por las reticiencias de las autoridades locales a

facilitar permisos de venta.

Históricamente, la presencia de los gitanos en España data del siglo XV, llegando a la península a través de los Pirineos. Los gitanos forman actualmente una comunidad de 500.000 a 600.000 personas en España. Sus principales problemas se centran en la educación, el empleo, la vivienda y la cultura.